Chocolate... Ñam!!!!!!
Era uno de esos días, en los que te sientes un poco baja de ánimos y energía y directamente piensas en comerte algo dulce, a poder ser con chocolate, mucho chocolateeeee!!!! :D
Así surgió esta receta. Una tarta suave, cremosa, con una base super crujiente y aunque cueste creerlo, para nada empalagosa.
Lleva un poco de tiempo, por culpa de los reposos y el enfriado, pero merece la pena probarla. Eso si, tiene un inconveniente, y es que no os durará demasiado... Está increíble!!!! :)
Probadla, no os arrepentiréis!!
Vamos con la receta...
Ingredientes:
Para la base:
- 350 gr de harina
- 2 cucharadas de Nutella
- 1 huevo batido
- 100 gr de azúcar
- 200 gr de mantequilla
- 200 gr de chocolate negro
- 100 gr de piñones
- 200 ml de nata líquida
- 100 gr de requesón
- 150 ml de nata
- 100 gr de queso crema
- 1 cucharada de azúcar
- Piñones
- Cacao en polvo
- Pipas, bañadas en chocolate
- Precalentamos el horno a 180º.
- Lo primero es hacer la masa quebrada, para ello mezclamos todos los ingredientes en un bol y amasamos con las manos hasta formar una bola. Tapamos con papel film y dejamos reposar en la nevera un mínimo de 30 minutos.
- Mientras, ponemos a calentar la nata, junto con el requesón, batiendo con unas varillas, hasta deshacer bien todos los grumos. Añadimos el chocolate negro y los mismo, removemos hasta que se haya derretido bien y no queden pedacitos de chocolate enteros. Dejamos templar y añadimos los piñones. Enfriamos a temperatura ambiente.
- Sacamos la masa de la nevera, y sobre una superficie enharinada, estiramos con ayuda de un rodillo para forrar un molde de 22cm de diámetro. Una vez forrado con la masa, colocamos sobre ella papel de horno y unas bolas cerámicas o garbanzos, para cocinar la masa "a ciegas", esto ayuda a que no se hinche durante la cocción. Llevamos al horno durante 20 minutos, sacamos retiramos las bolas y el papel de horno y la llevamos de nuevo al horno, durante 10 minutos más.
- Sacamos la base del horno, dejamos templar unos minutos y sin retirarla del molde, rellenamos con la mezcla de chocolate y piñones. Metemos la tarta en la nevera durante 2 horas, hasta que el chocolate se ponga duro.
- Montamos la nata con el queso crema y el azúcar, hasta que forme picos tiesos y reservamos en la nevera.
- Una vez fría la tarta, decoramos con el frosting de queso, unos piñones y las pipas bañadas en chocolate. A la hora de servir, espolvoreamos con cacao.