Sin duda alguna, uno de los postres realmente más populares y antiguos dentro de la cocina tradicinal gallega. Sólo mojado en vino, con queso y membrillo,el roscón nunca ha faltado en casa, en tiempos de celebración.
La receta es de mi abuela, pero aquí todo el mundo utiliza la misma, variando a lo mejor el aroma o la cantidad de azúcar.
Ingredientes:
- 12 yemas
- 12 claras
- 12 cucharadas de azúcar
- 12 cucharadas de harina
- 1 cucharada de levadura en polvo
Preparación:
- Precalentamos el horno a 170º.
- En un bol, batimos las claras con el azúcar y la levadura, a punto de nieve.
- En otro recipiente, batimos las yemas hasta que estén espumosas. Añadimos a las claras montadas y agregamos también la harina, previamente tamizada. Mezclamos con cuidado de que no se bajen las claras. La mezcla tiene que tener aspecto de nube.
- Colocamos esta mezcla en una rosconera previamente engrasada y metemos al horno durante una hora a 170º, procurando no abrir el horno.
- Sacamos, dejamos enfriar dentro del molde, una vez frío desmoldamos y espolvoreamos con azúcar glasé.